Diagnosticar la gestación de una perra embarazada es sumamente importante. El proceso de embarazo de una perra embaraza y todo lo que esto implica, requiere de una gran atención. A continuación, te diremos que hacer en estos casos.
Como diagnosticar la gestación de una perra embarazada
La fecundación de un óvulo por un espermatozoide, provoca la formación de un embrión que debe desplazarse y dividirse varias veces antes de implantarse en la mucosa uterina. En la perra embarazada, la nidación tiene lugar, como media, 17 días después de la fecundación y culmina en la formación de las vesículas embrionarias.

La palpación abdominal en una perra embarazada
A partir de la tercera semana, si se tiene experiencia, será posible palpar los embriones con la punta de los dedos, apoyando las manos a uno y al otro lado del vientre de la perra. En este estado de embarazo, los embriones se asemejan a pequeñas nueces circulares de consistencia gomosa.
Entre los días 30 y 35 días, los embriones adquieren un aspecto más oblongo y confluyen unos con otros.
A partir de los días 35 y 40 días, y hasta aproximadamente el día 50, la palpación se vuelve muy difícil de interpretar.
Hacia el final de la gestación, vuelve a tener interés: se percibe el esqueleto de los cachorros y, al llegar el parto, se puede comprobar la progresión de los cachorros en el útero.
La palpación es difícil o incluso imposible de realizar, si la perra está un poco gorda, se mueve mucho, o pone el vientre muy rígido.
La ecografía de una perra embarazada
A fin de obtener un diagnostico fiable, se aconseja hacer ecografías cuando se calcule que han transcurrido aproximadamente 25 días de gestación.
Esta técnica permite hacerse una idea del tamaño de la nueva camada. Sin embargo, el recuento no es preciso y, si el número de cachorros es elevado, generalmente se obtiene un número inferior al real.
Esta técnica presenta la gran ventaja de verificar en tiempo real, la viabilidad de los embriones.
Los niveles de relaxina
La medición de los niveles en sangre de relaxina (hormona segregada por la placenta) es una buena alternativa para aquellos veterinarios que no disponen de ecógrafo, ya que ofrece buena fiabilidad.
Si bien la señal es detectable a partir de los 20 días, es preferible esperar 25 días completos antes de utilizar la prueba; así se evitará concluir erróneamente que no existe la gestación.
Este análisis sirva también para obtener un diagnóstico tan precoz como el de la ecografía, pero no permite estimar el número de vesículas embrionarias, ni evaluar su viabilidad, puesto que la hormona se segrega tanto si los embriones están vivos como si están muertos.
La radiografía de una perra embarazada
Esta prueba no permite un diagnóstico precoz de la gestación. El esqueleto de los cachorros no empieza a osificarse hasta el día 45 de gestación y no es visible mediante radiografía hasta el día 50 como mínimo.
Con posterioridad a ese estado, la radiografía si permite al dueño saber el número exacto de cachorros que está gestando la perra embarazada.
Hay que destacar que las radiografías, incluso si se hacen muy cerca del término, no permiten conocer la posición de los pequeños en el momento de nacer, ya que, muchos fetos se dan la vuelta por completo pocos días antes del parto.
Otras técnicas
Las demás técnicas, que se basan en la detección de cambios de conducta, la auscultación de los latidos cardíacos de los fetos (audibles en algunas perras embarazadas durante las 2 últimas semanas), las modificaciones de los parámetros sanguíneos o incluso el desarrollo mamario, son demasiado tardías o resultan demasiado aleatorias como para emplearlas de manera fiable.
Controlar a las perras embarazadas durante la gestación
Las precauciones que deben tomarse durante la gestación son cuestiones de sentido común y deben observarse, sobre todo, durante el segundo mes.
Vacunación de la perra
En lo referente a las enfermedades, la madre debe estar correctamente vacunada de manera que pueda transmitir anticuerpos protectores a través del calostro a sus cachorros.
Es importante pedir consejo al veterinario o a las personas con el conocimiento necesario (como nuestro líder y fundador Alejandro Salinas D.) sobre el protocolo de vacunación.
Desparasitación de la perra embarazada
Hay parásitos que se encuentran frecuentemente en los criaderos caninos. Un ejemplo de ello es la toxocara canis, que se detecta en el 100% de los criaderos.
A fin de cortar el ciclo de infección y limitar la contaminación de los cachorros, se aconseja desparasitar regularmente a las perras reproductoras.
Es importante pedir consejo al veterinario o a las personas con el conocimiento necesario (como nuestro líder y fundador Alejandro Salinas D.) sobre el protocolo de desparasitación.
Entrada de la perra embarazada a la maternidad y preparación del parto
Entre una y dos semanas antes de la fecha prevista para el parto, la perra deberá entrar en la maternidad.
Se procura asearla (o incluso lavarla y secarla) para eliminar al máximo los agentes infecciosos que pueda llevar en el pelo. Podrá utilizarse un cajón de parto. Con ello, se evitará que los cachorros se alejen del nido y que la madre los aplaste al tumbarse.
Evaluación de la caída de temperatura
En el periodo de 12 a 24 horas (o incluso 48 horas) anteriores al inicio del trabajo del parto, la caída del nivel de progesterona en sangre altera la regulación térmica del organismo y puede provocar una bajada fugaz de la temperatura rectal, que volverá a subir poco después.
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